Hoy, una vez más se va la magia. La magia de lo nuevo, del romance, de la primera impresión. Eso que te mueve a probar, a sentir nuevas cosas, a lamer sabores desconocidos. Que aplica de igual manera a las personas. Vicio de hedonista ¿Virtud o error?
Pasa en la vida de todo hedonista, el aburrimiento ¿Pero qué lo provoca? un conjunto de actitudes reactivas a cosas que no nos gustan (o ya no nos agradan). Ejem. Hoy conoces a una persona, muy interesante, carismática, etc. Y para equis voluntad (amistad, amor), empiezas a tener un buen contacto, el romance. Ambos se agradan (o se gustan) se respetan, se intrigan mutuamente. Es el proceso más eufórico de las relaciones, las primeras veces, las primeras miradas llenas de pregunta, de curiosidad, pero al mismo tiempo de una distancia que se quiere romper. ERROR.
Pasar al nivel de confianza siguiente, es para un hedonista, el final de la relación: problemas. Ya no hay preguntas curiosas, ya no hay visión escondida, pregunta latente. El romance se va prediendo más rápido, y las risas se empiezan a ver un poco repetidas, "sabes" qué va a hacer, a pensar, a sentir. Entrar en una persona implica que la conozcas hasta un punto de no regreso, en el que sus acciones se ven más lineales cada vez, es una persona en "totalidad", no una persona de "detalles".
Como sabemos, un hedonista no tolera (o no debería), los problemas, el dolor, las dificultades innecesarias. Es fiel a su postura de pleno goce, de felicidad, de risas y nuevas experiencias. UNA persona es un tope cuando se vuelve un problema al emblema de hedonismo. ¿Para qué molestarse cultivando con aquella persona, cuando hay miles más que traen placeres similares? Os doy la ventaja: el dolor nulo, la experiencia infinita.
¿Y la desventaja? El hedonismo nace consigo su más fiel maldad, aquella que pocos saben, que carecen de suelo, de identidad y de hogar. Un seguidor a este arte no puede ser fiel, no va a cambiar al mundo para verlo crecer. Para eso se necesita mucho sudor, mucho dolor, paciencia y compromiso. Tiempo que podría estar invirtiendo en mis placeres, "¡Qué desperdicio!"
Y volvemos con el estigma, esa parte oscura del placer, la utilidad del pudor y las victorias del sacrificio: el hedonismo no es por sí perfecto.
Y volvemos con el estigma, esa parte oscura del placer, la utilidad del pudor y las victorias del sacrificio: el hedonismo no es por sí perfecto.
Un hedonista sabe, que en el alma siente el vacío, la soledad verdadera, los labios aislados y la mente sin causa. No se enamora, y por tanto, no sigue nada. No tiene hogar, no es de aquí ni de allá. No tiene rostro, pues lo cambia se es necesario para sonreír siempre. No ama a nadie, pues significa sacrificar por esa persona. Todo eso, deja con una eterna incertidumbre, una pestaña perdida. Os presento la desventaja: el vacío, la inmoralidad.
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