sábado, 19 de abril de 2014

Acostado en la cama


Es tal vez, la manera más grotesca de perder el tiempo. No es dormir, ni siquiera es pestañear. Es la indirecta más ofensiva de tratar tu tiempo. Nada de escuchar música, nada de planear el día, nada de descansar, porque ni has hecho nada en todo el día. Síganme en este particular capítulo de la vida, que les hará entender los pecados más viles del hombre. 

Acostarse es tal vez, una de las cosas más placenteras, que mi cuerpo caprichoso me puede ofrecer. Ya sea después del ejercicio, un día de trabajo, o un rato sentado como asalariado; es la cama, un trono de la flojera. Nido de la hueva y esposa de la espalda, la cama es mi lugar preferido para desperdiciar todo mi potencial como ser humano. Pensar vanidades, recordar tonterías, extrañar a la extrañada, intentos vanos de meditación, y el más importante, tirar la hueva con total blasfemia de pudor, hacen de mí el bulto más culto de la esquina. 

Disfrutar la nada, es a mi parecer, el placer más perfecto. Y con excepción de la cómoda respira flatulencias, acostarse es el afrodisiaco más sencillo y barato. No puedo culpar ahora a los vagabundos que hacen de mi placer toda su vida, digo, es demasiado bueno. Lanzar tu cuerpo al desperdicio de los días, es como ser un rico que destruye sus autos por diversión. Es un deseo natural del hombre próspero, el desacerse de lo que más tiene, en mi caso, el tiempo. Y qué digo tiempo, qué digo potencial, qué digo ingenio ni qué idea del mundo. Lo tengo todo, y prefiero tener nada. Porque algo es mejor que nada, pero nada es mejor que todo, ALGO es lo que siempre nos agrada más. 

Esa escasez que buscamos, ese último trago que disfrutamos, los últimos besos, las últimas palabras. Todo es porque preferimos poco a mucho. 

Yo lo aplico a mis días, merezco mediocridad entre tanta prosperidad. Es mi pecado de amanecer tardío y beber sin contención. Es mi vicio el no enviciarme, mantener condición. Acostarme es para mí, como es para ti besar una modelo, o ser deseada por un deportista. En pocas palabras, lo mío es desbordar la comodidad en un acto de simple horizontalidad. Y no acto debería ser el dejar de actuar, sin embargo tengo complejo de existencia y no lo puedo negar. 

Déjenme invicto de triunfos, y hagan de enigma mi vida de apatía. Disfrutemos de la nada para sufrir/gozar de esa escasez tardía. 

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